EL DT Juan Branda cumple actualmente en Ferro Carril Oeste su primera experiencia como DT principal en el fútbol argentino y en su reciente presentación en sociedad reveló una historia que liga su origen al club y al Peronismo: su abuelo Atilio Renzi fue secretario privado de Evita, hincha fanático y designado en su momento «socio honorario» de la institución de Caballito.

La relación entre el deporte más popular y el movimiento político más influyente de la historia argentina suma un nuevo capítulo y un nuevo protagonista, hasta hoy desconocido: «Mi abuelo Atilio era un hincha fanático de Ferro, se ponía triste cuando al equipo le iba mal y Evita se daba cuenta», contó Branda en una entrevista con Télam, en la que reconstruyó vivencias a través del relato histórico de su familia.

«¿Que te pasa Atilio?, ¿le fue mal a Ferro?», indagaba María Eva Duarte de Perón a quien fue su secretario personal y privado hasta la muerte de la ex primera dama, el 26 de julio de 1952, a sus jóvenes 33 años.

«La historia con mi abuelo, el Peronismo y Ferro atraviesa mi presente», el entrenador (43), que trabajó como ayudante de campo de Hernán Crespo en Banfield, Defensa y Justicia y San Pablo de Brasil y antes fue colaborador de Ariel Holan en Independiente.

Branda llegó a Ferro a finales de marzo como integrante del «Grupo Kohan», liderado por el preparador físico Alejandro Kohan, de extensa trayectoria en clubes del fútbol argentino y selecciones sudamericanas.

«Es una sensación muy fuerte la de poder trabajar en Ferro, además porque mi abuela y sus hijas, mi mamá y mi tía, sufrieron mucho por la difamación, la cárcel y el exilio de Atilio que, al igual que muchos peronistas, fueron perseguidos por la Revolución Libertadora de 1955», confeso.

El exsecretario de Evita estuvo detenido a bordo de una cañonera y luego fue trasladado a los penales de Olmos y de La Pampa antes de exiliarse en Montevideo. Eran las épocas del «Plan Conintes», un régimen represivo aplicado entre 1958 y 1961 durante la presidencia de Arturo Frondizi..

Atilio Renzi, cuyo nombre lleva el patio principal de la sede social del club de Caballito, fue un reconocido hombre cercano a la institución en la década del ’50, sin ser directamente dirigente, pero ocupado en «diversas gestiones por las que Ferro accedió a facilidades que, por ejemplo, le permitieron crecer en infraestructura», según un documento de la Subcomisión de Historia y Estadísticas del club porteño.

«Mi abuelo siempre fue un tipo de muy bajo perfil. Nunca le gustó la notoriedad y su única obsesión era acompañar a Evita y ayudar a los más necesitados; tal vez por esa forma de ser su figura no fue reconocida como debería serlo en la historia grande del Peronismo. Estuvo al lado de Evita y eso no es poca cosa», reflexiona con emoción DT de Ferro sobre su abuelo, a quien trató por pocos años debido a su muerte el 18 de octubre de 1980.

Entre las anécdotas relatadas en el seno de su familita, Branda recuerda una de 1974, con el regreso a la presidencia argentina de Juan Domingo Perón por tercera vez, cuando José López Rega, secretario del General en aquellos años, le ofreció trabajo a Renzi.

«Cuando fue a la casa para ofrecerle sumarse al Gobierno por pedido de Perón; mi abuelo lo sacó prácticamente a las patadas y le dijo que no volviera a molestarlo nunca mas», revela.

Renzi vivió casi toda su vida en la calle Méndez de Andes al 1.100 en Caballito, cerca de la cancha de Ferro, hasta que debió mudarse a Vicente López para estar «más cerca» de su trabajo junto a Eva Perón en la Residencia de Olivos.

Según reconstruye la historia del club, Renzi fue admitido como socio antes de 1938 y sus deportes favoritos eran el fútbol y boxeo. Regularmente asistía a ver los partidos en el estadio de Caballito.

 «Ya con el Peronismo en el poder, Renzi fue designado socio honorario de Ferro. La revista del club lo describe -muy a tono con la época- casi como un salvador omnipresente: ‘Él pretende que F.C. Oeste sea grande y poderoso. Y hacia ello tienden sus actos'» dice la historia publicada sobre el entonces secretario personal de Evita y fanático verdolaga.

El célebre futbolista José Manuel «Charro» Moreno, considerado por muchos el mejor en las décadas del ’40 y ’50, reconoció en una entrevista de 1953 que tuvo que ir a Ferro por «sugerencia de Renzi». Durante ese año, el «Charro» jugó 15 partidos y anotó gol con la camiseta del «Verdolaga».

En las dos primeras presidencias de Perón, la mejor clasificación de Ferro en los torneos de la AFA fue un sexto puesto en 1954 con un equipo que integraban el «Flaco» Roque Marapodi en el arco y Carlos Lara como goleador.

Después del golpe de Estado producido por la autodenominada Revolución Libertadora, que derrocó a Perón en 1955, el entonces presidente de Ferro, José Gastón Bousquet, se alineó con las políticas antiperonista desplegadas en todos los ámbitos y le quitó a Renzi su rango de socio honorario.

Pero en 1964, la Comisión Directiva encabezada por Santiago Leyden corrigió esa injusticia y le repuso el carnet a Renzi. Eran tiempos del Gobierno del radical Arturo Illia.

Muchos años después, en 1986, durante la presidencia de Felipe Evangelista en el club, la placa con el nombre de Atilio Renzi volvió a instalarse en una de las paredes del histórico patio inaugurado en 1954.

Aquella huella imborrable que el dirigente dejó en el club de Caballito adquiere nuevamente nitidez con la llegada de su nieto como primer DT del equipo, con el que espera poder hacer historia para honrar la memoria de su abuelo.