A ratos
pienso que transito
por un mal sueño
del que no tardaré en despertar.
Después, ya despierto,
compruebo, una vez más,
que la pesadilla es real.<br/>
A ratos
me evado con un libro en las manos
y disfruto de unas horas de sosiego.
Después, cuando mis ojos se cansan de leer,
pongo la radio o veo en televisión
cómo avanza, sin piedad, la pandemia,
y me acuerdo de los que ya antes se fueron
sin, afortunadamente, sentirse solos.<br/>
Y enseguida me quedo en blanco
y dejo pasar el tiempo sin decir palabra,
sin moverme del sitio,
sin cerrar la ventana, aunque tenga frio.<br/>
A ratos
ni pena, ni gozo.Fuente : ABC Diario